Del libro de poemas:«Cuando cae tan suave el tiempo«
Danzan los átomos de mi cuerpo
junto a los astros del universo.
Palpita mi corazón,
torrentes sanguíneos riegan mi carne,
el sol brillando en mi centro
y destellan mis manos su brillo.
Danzan los átomos de mi cuerpo
junto a los astros del universo.
Revolotean los pensamientos
lanzados al horizonte,
vibran partículas que atraviesanlo todo.
Danzan los átomos de mi cuerpo
junto a los astros del universo.
Gira la Tierra adorando al Sol,
giran planetas, satélites y luz estrellas,
danzan constantes su movimiento espacial,
miles de miles,
astros, galaxias, nebulosas, big bang,
vecinas lejanas de inmensidad.
Danzan los átomos de mi cuerpo
junto a los astros del universo.
Cosmos danzando en rotación y deriva…
Danzan los átomos de mi cuerpo
junto a los astros del universo.
UNIDOS POR UN HILO INVISIBLE
Unidos por un hilo invisible,
sostenidos por encima del suelo
hacia las estrellas reímos
con el poder del rayo y el escándalo del trueno;
rozando lo real tan presente que me atraviesa
tan cercano que penetra.
Me atrapan los ojos que me sostienen,
me traspasan,
y tocan la esencia más blanca del alma.
¡Cuán viva es la vida ahora!
¡Cuán intenso el destello!
Invisibles átomos que me atraviesan
como un fulgor de amor.
Y un redondo de consciencia
como perlas relucientes de cada uno en uno.
Y el misterio insondable de lo que cuenta la vida
en tus ojos sin fondo,
en mi sentir que se expande,
en el límite intangible,
inefable, donde se mece la vida.
En el lugar donde se juntan los corazones,
en el espacio donde se detiene el tiempo,
ahí, estaba yo.
En el lugar donde traspasa la vida,
en el lugar donde gira el eje.