Biodanza: Flow (fluir), Creatividad y Felicidad. David Díez
Este trabajo gira en torno a la relación entre tres elementos: el Fluir, la Creatividad y la Biodanza y de cómo nos ayudan a crecer en Felicidad.
Partimos del concepto de Flow (Fluir, Fluidez, Fluencia o Flujo), entendido desde el prisma de los estudios de Mihaly Csikszentmihalyi (autor cuyos trabajos se relacionan con la rama de la Psicología Positiva encabezada por Martín E. Seligman).
El fluir es el estado de conciencia que experimentamos cuando nos encontramos completamente absortos en aquello que estamos haciendo; cuando fluimos, nuestra atención está puesta en la actividad y nuestros pensamientos, sentimientos y actos se encuentran armónicamente involucrados en ella, perdemos la noción del tiempo, desaparecen las distracciones, sacamos el mayor partido de nuestras destrezas y habilidades… la actividad tiene sentido en sí misma y no sólo como un medio para otro fin. Esta “experiencia óptima” nos aporta una enorme gratificación y el desarrollo de nuestras fortalezas y virtudes personales. Y además… ¡podemos aprender a fluir! Este es uno de los aspectos esenciales para incrementar nuestra calidad de vida y, en definitiva, nuestra felicidad.
El segundo elemento es la Creatividad, entendida aquí de forma amplia, como potencial y derecho que poseen todas las personas, grupos y pueblos. Una concepción integral que incluye pensamientos, sentimientos, percepciones, instintos, cuerpos, acciones, relaciones, culturas, contextos… algo que nos sirve, además de para otras cosas, para construirnos una vida más feliz.
Y llegamos al tercer elemento, la Biodanza es un sistema de desarrollo personal creado por Rolando Toro Araneda (psicólogo y artista chileno).
La Biodanza utiliza como recursos la música, el movimiento y las relaciones interpersonales. Pretende fortalecer la expresión y desarrollo de los potenciales humanos y parte de la afectividad para la integración de la persona consigo misma, con las demás personas y con el entorno. Su método se basa en la inducción de vivencias integradoras, la experiencia vivida por un individuo en el aquí y ahora.
Nuevamente, nos encontramos con un elemento que, esta vez de la mano del placer y la alegría de vivir, nos acompaña hacia la felicidad.
A mi modo de ver lo experimentado en Biodanza y el fluir estudiado por Csikszentmihalyi tienen mucho que ver. Considero que en Biodanza se fluye, pero lo más importante es que nos ayuda a llevar ese fluir a nuestro día a día. El objetivo de este texto es argumentar el potencial de la Biodanza para ello, cómo la práctica regular de la Biodanza desarrolla nuestra capacidad para entrar en estado de flujo. Una gran forma de acercarnos a la felicidad.
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